Érase una vez un grupo de
madres que querían concebir. Lo complicado era lo que querían engendrar y,
además, que lo querían hacer entre todas. Vivían en un poblado situado en las
altas montañas, algunas de ellas quedaban para leer juntas y otras quedaban
para crear obras de teatro. Tanto unas como las otras disfrutaban con sus hijos
lo aprendido.
Apareció un príncipe que
ni era azul ni iba montado en un caballo blanco, conocido como
Ayuntamiento de Sabiñánigo entre sus súbditos, pero que les ayudó en su empeño
y nueve meses después nació, el sueño se había hecho realidad. Nació con un
libro bajo el brazo. Discutieron siete días con sus siete noches cómo llamarlo
y al final tres fueron las palabras elegidas: “juntos”, “encuentro” y “leer”.
Alguien les avisó que en otras tierras lejanas, en el llano, ya había cuatro
llamados igual, así que decidieron darle el solemne nombre de V ENCUENTRO LEER
JUNTOS.
De poblados
cercanos quisieron traerle regalos para que creciera fuerte y sano. Tenían
nombres muy raros, de verdad que no os engaño: un tal Puente Sardas, otro
Biello, uno Biescas, también el CIFE, otros que no dijeron su nombre pero fue
importante su aportación.
Han pasado muchos años de
aquello, parece que fue ayer pero no. Aquella cosa ha crecido, ha madurado, se
ha formado y quiere celebrar su fiesta: gran momento donde corran las letras,
se coma teatro, se beban saberes, se escuchen ilustraciones y se bailen
abrazos. No os lo podéis perder, estáis todos invitados: la fiesta se celebrará
en el Monte de la Corona, dentro del castillo que hay en su cima. ¡Corred,
corred! Preparad vuestras mejores vestimentas y no olvidéis vuestro libro, él
sigue llevándolo debajo de su brazo.
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